jueves, 17 de diciembre de 2009

CUENTO


LA SEPULTURA DEL LOBO

Hubo una vez, un lobo rico y avaro. Nunca regaló ninguna moneda a sus amigos. Pero cuando se convirtió en viejo empezó a pensar en su vida sentado en el porche de su casa. Entonces, su vecino el burro, le dijo que si le podía dejar cuatro medidas de trigo. El lobo le dijo que le daba ocho si prometía velar por su sepulcro tras tres noches de entierro. Al cabo de unos días, el lobo rico y avaro, murió. El burro,cumplió su promesa y fue a velar al lobo. En la última noche, se le unió el pato al que no tenía ningún hogar. Pero pasó un rato y pasó una gran ráfaga de aire y apareció el aguilucho y les dijo que si le dejaban apoderarse del lobo fallecido, les iba a dar una bolsa de oro. Pero el pato, le dijo que sería suficiente con llenar una de sus botas. El pato, era muy astuto. El aguilucho se marchó a por el oro. El aguilucho empezó a llenar la bota que estaba encima de una fosa pero la bota, no tenía suela y la fosa estaba vacía. Entonces el aguilucho vació cien bolsas y la bota no se llenaba. Entonces, el aguilucho se mareó y se estrelló. El borrico y el pato decidieron repartir todo el oro por toda la ciudad. Sobre todo a los pobres que algún día se lo agradecerán. Juan Manuel Segovia Moya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario